martes, 6 de diciembre de 2016

Premio y libro




El pasado sábado día 3 de Diciembre se produjo la entrega de premios del certamen XVIII Premio Narrativa Géminis 2016 organizado por la Concejalia de Juventud del Ayuntamiento de Aspe del cual he tenido la fortuna de obtener el tercer premio en la categoría de mayores de treinta años con el relato titulado Dos paladas de tierra


 
Además se presentó el libro que recopila los premiados en los anteriores certamenes desde el año 2004 al 2015. 
En dicho libro se publica el cuento con el que gané la edición del año 2006 Una noche de tormenta que podeis leer aquí. 



 
Os dejo un extracto del inicio del cuento Dos paladas de tierra que será publicado el próximo año en el libro que recopile los premios de 2016:


Dos paladas de tierra
 Cuando escuchó las dos paladas de tierra, Esteban recordó la mañana de su marcha: el sol caía plano y los trigos de balanceo se torcían. Era un día de viento. A la carreta le chirriaba el alma y el caballo parecía una sombra. Iba agazapado en una esquina entre la simiente y los restos de frutos aplastados que oscurecían las juntas de metal y le hacían aflorar un tufo a podrido. Se escondía de su náusea, del olor de vómito que cubría su piel, de su falta de vello. Su padre, al nacer, lo sostuvo en alto entre dos dedos. Esto no puede ser hijo mío, se decía. Tenía la apariencia de una lagartija lechosa de las que se confunden en la piedra de los pozos y sintió deseos de aplastarlo contra la pared. 
La estación de tren quedaba a media jornada. Su padre llevaba la carreta. Sabía Esteban de la alegría que tenia, no por las tonadillas que silbaba o la sonrisa a destiempo sin mirar nada, sino porque el tren se lo llevaría ordenado por aquel telegrama, y se agarraba a su saco, y le volvían los recuerdos de padecimientos, hambre y palos, y no podía más que sentir nostalgia de perro apaleado. Ya lo echaba en falta, y sintió una arcada removerse en sus intestinos, subir por su esófago, y al abrir la boca le sacudió un golpe seco de aire putrefacto, y llegó la angustia, y un sabor de tierra quemada en la saliva. Inevitable, fue la palabra que bailaba en sus entrañas y le producía gases de incontinencia.
© Pedro F. Navarro, 2016
 
 
Quisiera agradecer desde este humilde rincón su implicación a todas las personas que han participado en la gestión y organización de este premio. Sin dudas,  este veterano certamen es una apuesta por la cultura en estos tiempos de desierto. 

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