jueves, 18 de diciembre de 2008

Trazo de tiza


Trazo de Tiza. Miguelanxo Prado. Norma Editorial. Cartoné. 92 págs. Color.

Todo empieza como un juego. Un puzzle sin continuidad de solución.
Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges han acabado de cenar. Se demoran en una polémica sobre la elaboración de una novela cuyo narrador en primera persona omitiera o no contara con veracidad los hechos incurriendo en contradicciones que permitieran a unos pocos lectores el descubrimiento de una realidad atroz o banal.
Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958) parte de esta premisa en Trazo de tiza. Es uno de los autores básicos de la historieta actual española. Trazo de tiza es, quizás, su obra más importante, tanto desde el punto de vista de los premios como de la acogida que tuvo y tiene. Norma Editorial ha realizado la cuarta edición de este trabajo por vez primera en cartoné y con la historieta nueva incluida desde la tercera edición: un sentido homenaje al Corto Maltes de Hugo Pratt.
Una noche de tormenta. Un barco a la deriva. El amanecer, la calma y la llegada a ese pequeño trazo de tiza en la inmensidad del océano. Una isla con un enorme embarcadero, una única casa y un faro estropeado. En la casa, una fonda en realidad, viven Sara y su hijo, en el embarcadero nada más hay otro barco amarrado. Un visitante llegado en cada barco: Ana y Raúl. Gaviotas flotando suspendidas en el aire. Una isla reventada de olas, como dirá Ana, “entre lo tangible y lo posible”. Los tonos pastel recuerdan auroras boreales. Lo real y lo irreal se entremezclan. El juego temporal. La ruptura con la estructura tradicional de narración en historieta: el puzzle irresoluble.
Hay dos claves en la obra de Miguelanxo Prado que se aprecian con fuerza en este trabajo: la primera, la dificultad en la comunicación, los personajes establecen breves encuentros, los diálogos son cortantes, hay una violencia sumergida en las palabras, la segunda, el paso del tiempo que se palpa y saborea de forma magistral en cada viñeta, en cada uno de los siete capítulos ha transcurrido un día completo, vemos como amanece, los personajes comen, atardece, se acuestan. El paso del tiempo es palpable y los personajes están sujetos a él.
En el embarcadero hay un muro de mensajes escritos en diversos idiomas que junto a los demás elementos componen una imagen de desasosiego. Ana escribe en su diario: “El faro, el dique, Sara y su hijo… todos son, tomados por separado, perfectamente banales. Es el conjunto el que resulta inquietante. La isla es un puzzle en el que las piezas encajan por su forma, pero no componen la imagen lógica esperada.” Estas frases son las claves de la obra: su alma.
No me pregunten por el argumento. El autor nos avisa desde el principio. Trazo de tiza es un juego. No piensen con lógica o con racionalidad. No encontraran la solución con ese pensamiento. Vayan más allá del sentido literal de las palabras y las imágenes de esta historieta. La curiosidad es el único mapa válido. La relectura obligatoria. ¿Aceptan el reto?
© Pedro F. Navarro, 2007

(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en septiembre 2007)

No hay comentarios: