El año pasado participé en un curso de literatura impartido por Mariano Sánchez Soler y José Luís Ferris. Estas sesiones eran el germen. No conocía el proyecto hasta ese momento. Una editorial alicantina, ECU publicaba un libro de relatos de autores noveles junto a escritores ya consagrados. La participación consistía en entregar un cuento durante la celebración de la Feria del Libro de Alicante. Los mejores serían seleccionados y publicados. Probé. Fui seleccionado. El libro se llamó Relatos Urbanos, reflejos de asfalto. Durante la presentación del libro unos meses después en Noviembre volví a sorprenderme. Se entregaban una serie de galardones a los mejores relatos. No lo sabía. Esa noche recibí aturdido el tercer premio al mejor relato de la antología. El cuento se titulaba Huir. Les dejo un extracto:
Cuando estoy en la orilla del mar, al fondo, hay una fila de barcos mercantes intentando entrar a puerto. Los hay que esperan meses. Difícil es entrar, imposible salir. Siento una tormenta de arena en mis entrañas y el sabor a tierra de mi muerte. No sé vivir cuando el desierto me llama, cuando mis ancestros se revuelven en mis sueños. Mi sexo es virgen. Mi himen no ha sido perforado. Siento rabia: importa más que mi vida. Mi marido vendrá en dos días. Mis padres me entregaran, es la costumbre, la tradición si lo prefieres. La anciana que acompaña a mi esposo mirará los ojos de mi vajina, y dará su bendición. Un himen cosido se nota. Jamás te arriesgues. Hay otras soluciones. Cuando no he podido más me perdía entre matorrales de esparto con el hombre que siempre amé, y al que no podía querer. Suspirábamos, jadeábamos en un silencio de lápida, y le dejaba sodomizarme con una delicadeza de flor en la tierra de noches sin luna del descampado.
© Pedro F. Navarro, 2007
http://www.relatosurbanos.com/2007/index.phphttp://www.alicantelibros.com/asp/galerias.asp?id=44
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