domingo, 22 de febrero de 2009

Contrato con Dios


Contrato con Dios. La vida en la avenida Dropsie. Will Eisner. Norma Editorial. Cartoné. 498 págs. B/N y sepia.

Will Eisner es Dios. Nació en Brooklyn, New York en 1917, murió en Lauderdale Lakes, Florida en 2005. Si la historia del cómic la representase una persona sería sin lugar a dudas él. Como anécdota les diré que trabajando de editor rechazó una propuesta de cómic por su comercialidad: Superman. Hace treinta años, cuando Will contaba ya con sesenta y uno, siendo una referencia ineludible, y tras una odisea editorial donde esta propuesta era rechazada por todos, consiguió con perseverancia llegarla a publicar. Es un trabajo que sobresale en extensión y forma de la tiranía del formato comic book de superhéroes: Contrato con Dios. A esta obra, Eisner la bautizó con el nombre de Novela Gráfica. Fue el nacimiento de un nuevo formato que no tardó en mostrarse innovador. Años después, este formato es el más aceptado por el público y se ha convertido en una herramienta donde autores que no tenían cabida han podido trabajar. Will Eisner se define como “un testigo gráfico que informa sobre la vida, la muerte, los desengaños y la eterna lucha por prevalecer… o al menos sobrevivir”. Contrato con Dios narra la historia de Frimme Hersh, un judío devoto que acaba de enterrar a su única hija. El inicio de la historia con el regreso de Hersh a su vivienda bajo la lluvia, es una de las escenas más recordadas de la historia de los cómics. Todo el dolor, todo el amor, toda la desesperación es narrada a página completa. Frimme no acepta esta pérdida, tenía un contrato con Dios, un contrato que Dios ha incumplido. Contrato con Dios engloba otras tres historias más: El cantante callejero, es la historia de las personas que se ganaban la vida cantando entre el hueco de los edificios. El Súper, historia trágica donde el superintendente de un edificio cae atrapado por la belleza de una niña. Y Cookalein, una historia coral donde se narran las vacaciones de los neoyorkinos en aquellas granjas de campo que con el tiempo se convertirían en los moteles de carretera de los años cuarenta. En este libro además podremos encontrar recopilados dos trabajos más de Will Eisner, Ansia de vivir (1983) y La avenida Droopsie (1995). No queda lugar para hablarles de ellas. Todas son obras maestras. No les digo nada más. Devórenlas.

© Pedro F. Navarro, 2008

(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en mayo de 2008)

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