sábado, 24 de abril de 2010

El arte de volar


El arte de volar. Antonio Altarriba y Kim. Col. Mercat, nº 27. Edicions de Ponent. Cartoné. 208 págs. B/N.

Nunca dejaron de tener miedo. No sabían cómo hacerlo. Les mantuvo vivos. La mordida de la tierra siembra de muros de piedra el pueblo. La libertad era la huída. Y la huída albergaba el fracaso. El regreso. Después la historia se repite. Los odios acrecentados estallan en una guerra fraticida donde se lucha por una libertad que nunca se tuvo. Época convulsa de fusilamiento fácil. Y tras tanto vagar, el travestismo ideológico marca la supervivencia. Todos olvidan. Nadie recuerda. A quien lo hace se le recrimina. Pasa el tiempo. Echar a volar es lo que siempre quisieron. Aunque les ataron a tierra. Un lastre de innumerables formas que ahoga, que no deja respirar. Al final se abre la ventana. Las ideas se clarifican. Resulta catártica la vuelta a la vida a un paso del alféizar. Hay historias que dejan una profunda huella. El Arte de Volar es una novela gráfica, y una de las pocas veces donde encontramos sentido a ese conjunto de dos palabras que parecen justificar un tipo de historieta y ser más una moda que una gramática. Sin dudas, ésta será la obra del año. Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952) y Kim (Barcelona, 1942) han realizado un trabajo de tal trascendencia que se ha convertido en un clásico desde su misma aparición. El padre del guionista se suicidó a los noventa años arrojándose desde la cuarta planta de la residencia de ancianos de Lardero (La Rioja). Dejó doscientas cincuenta cuartillas de letra apretada como legado. Las escribió a petición de su hijo. Para mitigar su dolor. Un dolor inmenso debido a años de mascarada y a la pérdida de sus últimas anclas en este mundo. El editor Paco Camarasa sugirió a Altarriba que realizara una historieta con esa vida, con ese dolor. La idea cuajó. Antonio conoció por aquellas fechas a Kim. El resultado es una obra de compleja factura formal resuelta con sencillez. El dolor de los dos Altarriba, padre e hijo, distinto pero a la vez complementario, nos hace viajar por la reciente historia de nuestro país. El hijo se convierte en el padre para contar la historia “mi padre, que ahora soy yo”. Desde este instante la sintonía es total. Kim, conocido por su serie “Martínez el Facha” para la revista El Jueves, realiza un dibujo excepcional, pleno de registros gráficos, y con un apabullante dominio de la narración. La recreación de las diferentes épocas y sus ambientes, la inmensa investigación gráfica y un gusto exquisito por el detalle nos devuelve llena de vida distintos momentos de nuestra historia. La vida de Antonio Altarriba Lope es la vida de una generación que fue marcada a fuego. Que supo recomponerse, sobrevivir. Y que finalmente, echó a volar.


© Pedro F. Navarro, 2010


(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en marzo de 2010)

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